Vuelvo a la carga
Ha pasado largo tiempo desde mi último post y esto empezaba a estar abandonado. Bueno, no empezaba: lo estaba. Debido a circunstancias laborales y personales he pasado por una época donde no tenía demasiado tiempo libre y no quise añadir otro estresor más. Afortunadamente eso ha cambiado y creo que podré volver a sacar algo de tiempo, así que: ¡allá va!
En esta nueva etapa me voy a enfocar en el colesterol y el riesgo cardiovascular. Mi idea es no abarcar demasiado para no perder el foco ("aprendiz de mucho, maestro de poco", dicen). Por otro lado, el tema en cuestión me atañe personalmente, así que tengo incentivo de sobra para dedicarme a ello.
Para poneros en contexto, os remito a este antiguo artículo mío, donde os contaba como había mejorado mi perfil de riesgo cardiovascular a raíz de cambiar mi dieta y mi actividad física.
Han pasado unos pocos años ya de eso y ahora, con la perspectiva que da el tiempo, tengo más datos disponibles. Por resumirlo (alerta de spoiler): a pesar de todas las medidas, creo que mi perfil de riesgo está empeorando, aunque tampoco me parece evidente e indiscutible (a mi médica sí; creo).
¿Dónde me deja esto? Pues en un gran dilema: por un lado me da miedo decidir no tomar estatinas y verme dentro de veinte años con unas arterias enfermas por haberme equivocado, pero por otro lado me da miedo tomar una medicación crónica (con sus posibles efectos adversos) por un falso positivo.
Lo único que se me ha ocurrido hacer para salir de este dilema es investigar -más aún- para intentar tener las cosas medianamente claras y, aunque no haya suficiente información/recursos a día de hoy para tomar la decisión perfecta, por lo menos tomar las mejores decisiones a corto plazo, minimizando los riesgos futuros (en un sentido u otro).
Para ello, me baso en dos creencias personales asentadas en lo que se a día de hoy sobre riesgo cardiovascular:
Por último, para que os hagáis una idea de donde estoy ahora, os voy a poner los datos de los que dispongo sobre mis análisis desde que empezo toda esta aventura (incluyen los datos de mi post anterior).
Como podéis ver, los valores de colesterol total están bastante elevados (rozando, pero sin llegar a los 300 mg/dL) y los de LDLc están disparadisimos (en el entorno de los 200 mg/dL).
Esto, en mi opinión, es absolutamente incoherente con mi estilo de vida si la hipótesis lipídica es cierta: dieta saludable (entre paleo y mediterránea, con ausencia de alimentos procesados), alta actividad física, bajo estrés, y alta coherencia evolutiva (ritmos circadianos, exposición a la luz, vida en el campo, ...) .
De hecho, mi mujer sigue los mismos habitos y sus valores son bajísimos, como cabría esperar (si consideramos el perfil lipídico como un marcador general de salud) y como suele pasar.
Solo se me ocurren las siguientes explicaciones a esta discordancia:
En esta nueva etapa me voy a enfocar en el colesterol y el riesgo cardiovascular. Mi idea es no abarcar demasiado para no perder el foco ("aprendiz de mucho, maestro de poco", dicen). Por otro lado, el tema en cuestión me atañe personalmente, así que tengo incentivo de sobra para dedicarme a ello.
Para poneros en contexto, os remito a este antiguo artículo mío, donde os contaba como había mejorado mi perfil de riesgo cardiovascular a raíz de cambiar mi dieta y mi actividad física.
Han pasado unos pocos años ya de eso y ahora, con la perspectiva que da el tiempo, tengo más datos disponibles. Por resumirlo (alerta de spoiler): a pesar de todas las medidas, creo que mi perfil de riesgo está empeorando, aunque tampoco me parece evidente e indiscutible (a mi médica sí; creo).
¿Dónde me deja esto? Pues en un gran dilema: por un lado me da miedo decidir no tomar estatinas y verme dentro de veinte años con unas arterias enfermas por haberme equivocado, pero por otro lado me da miedo tomar una medicación crónica (con sus posibles efectos adversos) por un falso positivo.
Lo único que se me ha ocurrido hacer para salir de este dilema es investigar -más aún- para intentar tener las cosas medianamente claras y, aunque no haya suficiente información/recursos a día de hoy para tomar la decisión perfecta, por lo menos tomar las mejores decisiones a corto plazo, minimizando los riesgos futuros (en un sentido u otro).
Para ello, me baso en dos creencias personales asentadas en lo que se a día de hoy sobre riesgo cardiovascular:
- Las estatinas no son el veneno más grande que ha inventado la humanidad
- El colesterol LDL no es el mal absoluto ni me va a matar irremediablemente
Por último, para que os hagáis una idea de donde estoy ahora, os voy a poner los datos de los que dispongo sobre mis análisis desde que empezo toda esta aventura (incluyen los datos de mi post anterior).
Colesterol total, HDL, LDL (calculado) y trigliceridos |
Algunos estimadores de riesgo cardiovascular típicos |
Como podéis ver, los valores de colesterol total están bastante elevados (rozando, pero sin llegar a los 300 mg/dL) y los de LDLc están disparadisimos (en el entorno de los 200 mg/dL).
Esto, en mi opinión, es absolutamente incoherente con mi estilo de vida si la hipótesis lipídica es cierta: dieta saludable (entre paleo y mediterránea, con ausencia de alimentos procesados), alta actividad física, bajo estrés, y alta coherencia evolutiva (ritmos circadianos, exposición a la luz, vida en el campo, ...) .
De hecho, mi mujer sigue los mismos habitos y sus valores son bajísimos, como cabría esperar (si consideramos el perfil lipídico como un marcador general de salud) y como suele pasar.
Solo se me ocurren las siguientes explicaciones a esta discordancia:
- Soy rarito y tengo algún problema con el metabolismo de los lípidos (tipo hipercolesterolemia familar) y estoy en riesgo
- Soy rarito pero no estoy en riesgo
- La hipótesis lipídica es radicalmente falsa y el perfil lipídico no sirve para nada
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